A puerta fría y 3 Noches en el Cineclub Más Madera

Benalmádena 1/10/2013- Este jueves hay una nueva cita con el mejor cine en Benalmádena, dentro del cineclub Mas Madera en la Casa de la Cultura. así está previsto que se proyecta la cinta A puerta Fría y el cortometraje 3 Noches.

SINOPSIS

«¿Cuándo empezó a joderse todo?», se pregunta Salva en la barra del bar del hotel donde se celebra la feria más importante del sector. De vendedor estrella a un paso del despido si en dos días no cierra al menos doscientas unidades. « ¿Qué coño ha cambiado, Carmelo, que yo no me he enterado?». Sentado junto a él, Carmelo, su antiguo jefe. Ambos contemplan atónitos el relevo generacional y la deslealtad de un sector que se muestra indiferente con aquellos que fueron imprescindibles.

Ambientada en un céntrico hotel adaptado para acoger convenciones (micromundo tan recto y confortable como imposible de ser considerado propiamente un hogar, uno de tantos puntos intermedios en las vidas de los protagonistas), esta historia desgarrada pasa entre apretones de manos, entre falsedades, verdades a medias y mentiras aceptadas en aras de un beneficio económico, material o carnal.

Un infierno a plena luz, en el que los vendedores trapichean al margen del receptor final de un producto que intentan enchufar por encima de la competencia; una metáfora, nada sutil, de una sociedad infecta. Por eso el director no necesita más recursos que su cámara, que usa prácticamente a modo de ojo documental, apoyada en un buen sonido directo y unas estupendas fotografía y edición.

El resto depende de un titánico Antonio Dechent, principio y fin del drama. Dibujado en su pasado a base de retazos, presentado como la degradación (¿definitiva?) de esa especie humana alimentada a base de la creación de necesidades en un Otro anónimo (tarjeta de visita mediante, eso si), encabeza un fantástico plantel de maduros desesperados que integra a José Luis García-Pérez, Héctor Colomé, Cesáreo Estébanez o Nick Nolte, observados de cerca por un mefistofélico José Ángel Egido y deslumbrados (desde un autosuficiente pasotismo, en muchos casos) por la belleza angelical de una María Valverde que firma aquí uno de sus mejores trabajos. Incómoda, pura, desnuda, “A puerta fría” es un producto que, verdaderamente, queremos comprar bajo cualquier circunstancia.

Mientras el corto narra la historia de dos personas solitarias y un chat. Una atractiva abogada, un argentino sin papeles.  Cada uno busca algo distinto. Ambos tienen algo que ocultar.  Una historia sobre la necesidad de comunicarnos, aunque sea con un desconocido.

[guiadebenalmadena.com]

SINOPSIS
«¿Cuándo empezó a joderse todo?», se pregunta Salva en la barra del bar del hotel donde se celebra la feria más importante del sector. De vendedor estrella a un paso del despido si en dos días no cierra al menos doscientas unidades. « ¿Qué coño ha cambiado, Carmelo, que yo no me he enterado?». Sentado junto a él, Carmelo, su antiguo jefe. Ambos contemplan atónitos el relevo generacional y la deslealtad de un sector que se muestra indiferente con aquellos que fueron imprescindibles.
LA CRÍTICA
Estupenda propuesta de Xavi Puebla, fría, limpia, pura en su reflejo de una realidad desoladoramente veraz. Desgraciadamente huele a cine invisible, que pasará de largo a ojos del espectador. Quien tenga oportunidad, que no la deje escapar.
Ambientada en un céntrico hotel adaptado para acoger convenciones (micromundo tan recto y confortable como imposible de ser considerado propiamente un hogar, uno de tantos puntos intermedios en las vidas de los protagonistas), esta historia desgarrada pasa entre apretones de manos, entre falsedades, verdades a medias y mentiras aceptadas en aras de un beneficio económico, material o carnal.
Un infierno a plena luz, en el que los vendedores trapichean al margen del receptor final de un producto que intentan enchufar por encima de la competencia; una metáfora, nada sutil, de una sociedad infecta. Por eso el director no necesita más recursos que su cámara, que usa prácticamente a modo de ojo documental, apoyada en un buen sonido directo y unas estupendas fotografía y edición.
El resto depende de un titánico Antonio Dechent, principio y fin del drama. Dibujado en su pasado a base de retazos, presentado como la degradación (¿definitiva?) de esa especie humana alimentada a base de la creación de necesidades en un Otro anónimo (tarjeta de visita mediante, eso si), encabeza un fantástico plantel de maduros desesperados que integra a José Luis García-Pérez, Héctor Colomé, Cesáreo Estébanez o Nick Nolte, observados de cerca por un mefistofélico José Ángel Egido y deslumbrados (desde un autosuficiente pasotismo, en muchos casos) por la belleza angelical de una María Valverde que firma aquí uno de sus mejores trabajos. Incómoda, pura, desnuda, “A puerta fría” es un producto que, verdaderamente, queremos comprar bajo cualquier circunstancia.