
Benalmádena 01/04/2014- Dentro de mi labor como Concejal de este municipio, tengo no sólo la obligación de escuchar e intentar atender a todos los vecinos de Benalmádena, me votaran o no, sino también la de trasladar sus voces y opiniones.
Mi deber consiste, en servir a Benalmádena con el fin de que todos los ciudadanos reciban el máximo beneficio, y estoy convencido que esto, sólo se puede conseguir mediante el diálogo, con una política de calidad basada en la ética y en el bien común, siempre lejos de populismos y de cualquier tipo de soberbia por mínimo que sea, que deben de ser superadas por la condición que me corresponde como Concejal, y que conlleva el respeto a todo el mundo, por muchas que sean las circunstancias que no nos gusten y se nos planteen dentro de la vida política.
No hay política sin los otros, la política se basa en la pluralidad, tanto de ideas, como de opiniones, como de actos, etc., y quienes ostentosamente se sienten afectados por el espectáculo de la mala educación, en general siempre ajena, no pocas veces encuentran dificultades para reconocer hasta qué punto la propia falta de análisis, de diagnóstico, de comprensión, son ya una muestra inequívoca de educación insuficiente.
Benalmádena se merece respeto y una vida política de calidad.
En la pasada sesión plenaria, vi como uno de nuestros compañeros de la oposición fue expulsado de la misma por la señora alcaldesa, compañero, que fue elegido democráticamente y que representa a un sector de la población. Ante esa situación, expongo, que en ningún momento, pensé en abandonar el salón de plenos, ni la sesión plenaria, no porque no entendiera o no quisiera apoyar la actitud que se tuvo por parte del equipo de gobierno, representado por su alcaldesa, hacia mi compañero, o por desmarcarme políticamente de ellos, sino fue «una decisión por responsabilidad» y determinación hacia todas aquellas personas que han depositado en mí su confianza, y en pro de nuestra línea política, basada en la gestión a través del diálogo, la tolerancia y el respeto.
Entendemos que en democracia cada uno tenemos unas serie de obligaciones y de deberes que no podemos, ni queremos renunciar, y nunca dudaremos en defender nuestra obligación y deber de servir a nuestros ciudadanos, con el respeto a todas las personas y a todas las ideas, pues la política se basa en la pluralidad, y en conseguir que todo lo diverso permanezca junto en sociedad.
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