La concejala de Residentes Extranjeros, Ana Scherman, ha presentado hoy la visita guiada para extranjeros en el Museo de Arte Precolombino Felipe Orlando. A primera hora de la tarde, un nutrido grupo de foráneos acudía al altar de difuntos instalado en el museo, para descubrir los detalles de su cultura de la mano de su guía, Victoria Sabino.
La concejala destacó al inicio la importancia de estas iniciativas: “Los extranjeros suponen el 30% de la población, y estas actividades son importantes para que se sientan integrados y aprecien, no solo nuestro clima y nuestras playas, sino también nuestra cultura”. Acto seguido, Ana Scherman pasó el testigo a Victoria Sabino, que inició su explicación del altar de difuntos dedicado al propio Felipe Orlando.
En México, se instalan estos altares de difuntos dedicados a un familiar fallecido para que regresen. Esta presencia nunca se recibe con miedo, sino con alegría. Tal es el carácter de este rito, que cuando se celebra en los cementerios, la familia lleva a mariachis y comen y cantan junto a la tumba del ser querido.
Los altares, que también se pueden instalar en la intimidad de los hogares, son una mezcla de la cultura tradicional mexicana con la cristiana. De este modo, está compuesto de 7 niveles, simbolizando los 7 niveles del mundo de los espíritus y contiene representaciones de los cuatro elementos naturales. El fuego de las velas, el agua almacenada en cuencos, el aire evidenciado con figuras de papel colgantes y la tierra, representada con frutas y flores. Son precisamente las flores las que, de acuerdo con el folclore, ayudan a las almas a encontrar el camino a casa con su olor.
En el altar, también debe haber espacio para colocar fotos del difunto, comida que le gustaba y objetos personales. Para esta ocasión, ha sido la familia de Felipe Orlando la que ha colaborado con su museo aportando estos elementos. La comunidad de mexicanos de Málaga ha aportado por su parte otros enseres que adornan el altar, como las marías, calaveras de cerámica, calaveras de azúcar o el tradicional “pan de los muertos”, un pan dulce parecido a nuestro “rosco de reyes”.